Andábamos sin Buscarnos...

Interpretado por Darla y Jean, este dúo de danza contemporánea emerge en la intersección entre la improvisación de contacto, la autoficción y la composición escénica expandida. A través del cuerpo en diálogo constante, lxs intérpretes habitan un territorio de escucha compartida, donde el peso, la piel y la mirada se convierten en lenguaje. La dramaturgia se construye como un tejido fragmentado y poético: cartas escritas y leídas, audios íntimos y scores de movimiento funcionan como disparadores, guías y ecos que resuenan en el cuerpo presente

Inspirados por el capítulo 7 de Rayuela —ese puente poético entre la Maga y Horacio, entre el deseo y la palabra no dicha—, Darla y Jean habitan una danza que no busca representar, sino provocar: una presencia compartida que vibra entre el gesto íntimo y el impulso colectivo.

La dramaturgia se alimenta de lo cotidiano: ensayos en plazas y parques, conversaciones antes de moverse, la espera antes de una jam para aprovechar un piso de madera prestado. Son cuerpos que se preparan y se exponen, que cruzan la línea entre lo público y lo personal.

Este dúo no tiene un centro fijo, pero sí múltiples núcleos: el peso compartido, el oído atento, la carta escrita, el audio que se cuela entre los pasos, el score que enciende la próxima deriva. Una experiencia escénica que respira con el entorno y se reescribe en cada nueva aparición.

El trabajo se sostiene en la vulnerabilidad del aquí y ahora, en el riesgo del encuentro físico y en el juego entre lo real y lo ficcional. Cada función se convierte en una experiencia irrepetible, una escritura en tiempo real donde el relato personal se entrelaza con el gesto, generando una partitura viva que pulsa entre lo tangible y lo invisible.